Somos conscientes de que, cuando se usan juguetes eróticos, en lo último que se piensa es en cómo limpiarlo y guardarlo correctamente. Con las ganas del momento, mientras esté a mano y con la batería cargada, lo demás parece innecesario.
Sin embargo, al ser artículos que entran en contacto con fluidos, limpiarlos no es ya solo una cuestión de higiene, sino también de salud sexual para evitar contraer enfermedades.
Porque, ¿qué pasa si se usa un juguete erótico que no está del todo limpio? Pues que por mucho que la vagina y la vulva estén preparadas para la exposición de agentes externos, con un artículo sucio corremos el riesgo de introducir bacterias u otros patógenos que pueden causar una irritación en la piel o derivar en una infección bacteriana o incluso del tracto urinario. (además de que se acorta la vida útil de los juguetes).
Limpiar tu juguete erótico
Si solo utilizas tú el juguete, y lo máximo que puede tener son restos de lubricante o de tus propios fluidos, lavarlo con agua y jabón debería ser suficiente.
Si en algún momento ves que cambia de color o empieza a oler, es hora de jubilarlo. Pero asegúrate de desinfectarlo si lo usas con varias parejas o de esterilizarlo en el caso de que quieras que se use en distintos orificios.
Para tu uso personal o el de tu pareja, que es lo más común, puedes usar un limpiador específico o jabón neutro de manos y mantenerlos durante 20 segundos debajo del chorro de agua.
Queda prohibido utilizar un detergente porque puede dañar el material. Una vez esté limpio, se seca bien y, si está cargado, se puede guardar listo para usar la próxima vez.
Cómo guardar tu colección íntima
Ahora toca dar con la mejor forma de almacenarlos. Tienes que tener en cuenta tres factores: que estén protegidos del polvo -para que estén limpios cuando necesites volver a usarlos-, que no experimenten cambios de temperatura y que el acceso sea fácil (porque es fundamental que queden a mano).
Ni en el suelo ni debajo de la almohada, que son los primeros sitios en los que podemos pensar por la comodidad de tenerlos cerca de la cama.
Aunque es cuestión de gustos, te recomendamos una opción discreta -para jugar con el factor sorpresa-, o una llamativa para generar el deseo con la anticipación. Es importante que haya suficiente espacio como para meter varios artículos que utilizamos.
Primero sé consciente del tamaño de tu colección, a lo mejor solo necesitas una caja o algo más grande. No te pilles los dedos con el tamaño, lo ideal es que sea un lugar que permita crecer tu repertorio de juguetes.
A la hora de almacenarlos, no los envuelvas en bolsas de plástico o papel absorbente, mejor utiliza bolsitas de tela individuales que permiten que el juguete transpire y no proliferen las bacterias.
Es importante -sobre todo en aquellos con motor- que no se golpeen entre ellos, así que intenta no guardarlos apelotonados. Coloca unos al lado de otros y divide por un sistema de categorías (juguetes a un lado, lubricantes o geles a otro, baterías, cables…).
Artículos relacionados: Y tú, ¿tienes fantasías eróticas?